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Nota Roja

La cuota o tu chamba

"Local en Tepito de Darío" Por: Omar Martínez.

«Local en Tepito de Darío»
Por: Omar Martínez.

Por:  Omar  Martínez.

  • En los últimos tres años 328 averiguaciones previas se acumulan en contra del delito de extorsión en la delegación Cuauhtémoc.
  • Según la PGJ existen más de cinco tipos de extorsión a nivel nacional.
  • Más de la mitad de las llamadas de extorsión son falsas, según la PGJDF.

–          Ya nos cayó la voladora

–          ¿Ahora qué pasó?

–          Me llegó un mensaje y me están pidiendo 25 mil pesos por protección; mencionó Darío a su familia, después de la merienda sin decir agua va, sólo soltó la noticia, ésta cayó como si trajera consigo dos pesas de 500 kilos.

El ambiente se puso tenso, la alegría desapareció y el miedo comenzó a brotar, de la seguridad se pasó a la incertidumbre; el resto de la familia no supo qué decir, las palabras no fluían como antes, las miradas gritaban para pedir auxilio mientras los labios se mantenían sellados, el tiempo detuvo su marcha y el silencio reino por varios minutos.

Nunca antes el silencio había prevalecido en la mesa tanto tiempo después de merendar pero esta ocasión lo ameritaba, esto era diferente porque no se trataban de temas de política o deportes como todas las noches anteriores, esto era algo serio, algo en la que toda la familia estaba involucrada directamente, en la seguridad del sostén de la familia.

Cualquier palabra que se lograba articular carecía de sentido, nadie esperaba esta noticia, las cabezas abajo como para cuestionar a Dios del ¿por qué? de esa situación, pero Dios no tiene nada que ver, las lágrimas de la hija más pequeña cayeron al notar que la vida de su padre puede estar en riesgo. Ella sólo lo abraza.

Un mensaje mandado desde un número privado llegó al radio de Darío, él lo miró y no hizo gesto alguno “¿Todo bien?” preguntó Carlos su socio; Darío sólo movió la cabeza para afirmar que todo estaba bien y continuó su camino a la bodega para guardar las pantallas que llevaba en el diablo antes de leer el mensaje.

La sangre se le bajo a los pies, sus extremidades le comenzaron a temblar justo antes de poner un pie dentro de la bodega “¡ya valió madres esto!” se dijo para sus adentros, la preocupación se le notaba aunque trataba de disimularlo, la mirada perdida, la sonrisa que lo caracteriza había desaparecido en un instante, en su interior estaba vuelto loco, no sabía qué hacer. Tenía miedo, pero no quería aceptarlo.

Se terminaron de desmontar los dos puestos ubicados en la calle Ricardo Flores perteneciente al mercado de Tepito, Darío sintió que lo miraban, pero como siempre ha profesado “debes de aprender a ser parte del barrio, para que te muevas como pez en el agua” fiel a sus ideales no miro atrás, sólo caminó hasta llegar a su auto.

Los sentimientos se encontraron, el miedo y la alegría salían al mismo tiempo, las manos sudorosas no le permitían escribir sobre la pantalla touch del radio, “llama a la policía y enséñales el mensaje”, repetía Darío en su mente, pero el semáforo se puso en verde, entonces tuvo que avanzar y posponer la llamada.

***

Según el Observatorio Nacional Ciudadano de Seguridad, Justicia y Legalidad (OCN) en su “Análisis sobre la extorsión en México 1997 – 2013: Retos y Oportunidades” afirma que: “en México y la mayoría de los países de América Latina, la extorsión se presenta principalmente en tres modalidades en las cuales se utiliza un teléfono ya sea privado o un público

El primero de estos tipos de engaños telefónicos, sucede cuando alguien recibe un premio de un concurso en el cual nunca participó; la segunda es una amenaza en la cual se exige que se pague cierta cantidad de dinero, el discurso utilizado se basa en la intimidación; y la tercer modalidad es el derecho de piso, aquí los afectados son los comerciantes ya que se les exige una “cooperación” periódica.

Estas manifestaciones de conducta delincuencial tienen implicaciones psicosociales y económicas diferentes: no es lo mismo que una madre de familia decida pagar, al ser engañada, 5 mil pesos  porque le hicieron creer que le harían daño a uno de sus hijos (extorsión telefónica), a que el propietario de una miscelánea deba enfrentar mensual o semanalmente  el pago de derecho de piso, que bien pueden ser desde mil pesos hasta 20 mil. Además, tampoco las respuestas individuales son las mismas, es más probable que una persona se sienta motivada a denunciar una extorsión telefónica que la exigencia del pago del derecho de piso.

Desde 1997 (año en que se empieza a contabilizar la incidencia en México, con base en las denuncias que las personas interponen a las procuradurías) hasta 2013, la extorsión creció en un 818%, es decir, pasó de 876 denuncias a 8,042 en tan sólo 16 años, según el informe de la OCN.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) afirma que la extorsión es uno de los delitos de alto impacto que ha tenido un aumento considerable en los últimos años, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Es considerado el segundo delito que se reporta con mayor frecuencia en el país, solo por debajo del robo en la calle o en el transporte público

A medida que avanza el tiempo este tipo de prácticas comienza a ser más popular y por ello la PGJDF ha clasificado este delito dentro de cinco opciones ya que no existe una única forma de realizar una extorsión.

Los mensajes vía celular sobre un supuesto premio se utilizan para enganchar a las personas ya que se les pide marcar un número en donde les piden cierta cantidad de dinero; las llamadas por un supuesto familiar secuestrado figuran entre las extorsiones más comunes porque las personas entran en pánico y dan el dinero aunque no esté secuestrado nadie; los parientes que vienen del extranjero son un pretexto más para que caigan.

Las llamadas para informar sobre un supuesto premio son similares a los mensajes, sólo que en este caso a la voz del extorsionador se le nota cierta euforia que lo hace creíble; y el cobro del derecho de piso por el crimen organizado, este tipo se puede dar por mensajes, llamadas o personalmente a los comerciantes.

No cabe duda que es un delito camaleónico por las diversas formas en las que se presenta, a pesar de que la PGJDF redujo las opciones a las cinco antes mencionadas, las cuales pueden quedarse cortas ya que para este tipo de delitos les sobra creatividad a los delincuentes.

***

La pantalla del celular se iluminó gracias a una llamada entrante de un número desconocido, timbró cerca de cuatro veces, el dedo índice de Fernanda N. recorrió la pantalla touch de suiPhone 5 y la llamada se contestó.

– Con la señora Alicia, por favor – entonces Fernanda le dio el teléfono a su madre.

– Esta llamada es nada más para informarle que queremos que nos apoyes y queremos trabajar contigo, nosotros te proporcionaremos tu seguridad siempre y cuando nos apoyes, somos “La familia Michoacana” – la llamada duró menos de cinco minutos, el pánico recorrió de pies a cabeza a la señora Alicia. – Sabemos en dónde vives, que tienes dos hijas y una nieta,  que traes una camioneta EcoSport blanca y las rutas por donde andas, así que esperamos tu cooperación. Te tenemos vigilada y si no cooperas al rato tendrás una prueba de que hablamos enserio. – Estas palabras causaron un temor aún mayor.

La voz penetró dentro de sus oídos hasta llegar a la mente y anclarse como un barco en una playa y lograron sembrar la semilla del terror, la temperatura corporal subió y bajó, ella no creía lo que pasaba.

– “El miedo al ser amenazado por teléfono es algo que no se puede describir y que no lo entenderás hasta que lo pases”, menciona Alicia N. al relatar su experiencia.

Que se metan con uno no hay bronca, pero me dijeron la dirección de mi casa, en que carro ando, los nombres de mis hijas y de mi nieta, el lugar en donde vivía, fue muy feo, porque no sólo fue la llamada en la que buscan algo rápido. Llaman y a ver si pega, sino que aquí ya había una investigación, porque ya eran datos muy precisos; me nombraron a mis hijas y fue ahí cuando comenzó el terror psicológico porque me dijeron si no cooperas en la noche vas a ver.

Durante la llamada lo primero que hice fue pensar en quien pudo haber sido, porque muy poca gente tiene el número al que hicieron la llamada, es un número meramente familiar. Fue muy raro, porque nadie tenía ese número. Eso me hizo pensar en que alguien cercano fue el que intento sacarme dinero; si hubiera sido la llamada a mi otro número pues ahí no hubiera sabido de donde podía venir el madrazo, porque en la otra línea me llaman clientes, amigos y de todo tipo de gente con la que trato, narra Alicia N.

***

“En las extorsiones existe una utilización del discurso sumamente importante por el hecho de que son enunciados que el hablante emite en una determinada situación, en este caso es una extorsión y no se pueden usar enunciados como los que se utilizan normalmente con los amigos, sino que deben de ser fuertes, agresivos que asusten a la otra persona.” Indica Diana Marenco, catedrática de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

La especialista en discurso asegura que en estos casos al lenguaje corporal no importa tanto como el verbal  “la voz, es lo verdaderamente importante ya que todo el peso caerá sobre ella”, comentó.

Las maneras de usar el lenguaje son numerosas, cuando se emite una frase podemos llevar actos bastante diferentes y determinar qué tipo de fuerza se ocupará ya sea alegre, triste o furiosa, las cuales tienen  gran  importancia  para entender los enunciados. “Sin duda la utilización del discurso en el mundo de la extorsiones es muy importante porque hará que las personas caigan o no, las palabras tiene su peso”,  mencionó.

***

–          Ya está muy cabrona la situación – fue la frase que rompió con el silencio en la mesa –

–          Pero tranquilízate, que tal y es un mensaje para ver si caes.

–          No creo, porque los golfos quiere entrar a Tepito ¿qué no has visto las noticias? Contestó muy tajante Darío después de ver a la cara a su mujer.

Las lágrimas cayeron sobre el plato sucio que aún permanecía sobre la mesa, habían pasado solamente 15 minutos pero la tensión en la casa hizo parecer que ya habían transcurrido horas, pero no era así, se debía de pensar en una solución y rápido. “¡Hijos de su puta madre!” gritó el hijo de Darío con una voz entrecortada, los ojos llenos de lágrimas y al mismo tiempo de furia. No sabía qué hacer, ni cómo actuar porque era la primera vez en este tipo de situaciones.

– ¿Por  qué no denuncias? – Dice la esposa – Además tienes el mensaje en el radio.

– Para qué si de todos modos no harán nada, mejor dejémosle así – fue la respuesta de Darío quien horas antes intentó llamar a la policía pero no lo hizo.

El radio en la mano izquierda, el mensaje brillaba en la pantalla y la mano derecha  golpeaba la mesa. “Estos pendejos van a terminar con el mercado” sentenció. El enojo le brotaba por los poros, entonces se levantó de la mesa para comenzar a caminar en círculos se sentía como un león enjaulado. Enojo, frustración, tristeza le corrían por sus venas.

En su mente un único pensamiento rondaba “¡Qué voy a hacer!”, el resto de la familia permaneció en cada uno de sus lugares, el shock fue muy fuerte, nadie se atrevía a dar opciones para solucionar el problema simplemente se miraban incrédulos unos a otros.

– ¿Pues qué quieres hacer? Sólo sigue con tu chamba y ya – comentó su hijo que ya se encontraba al lado derecho de su padre, él lo miró y bajo la cabeza – Tienes razón, esto no debe detenernos – fue la respuesta que escucharon todos los integrantes de la familia, fue entonces cuando la tensión que los asfixiaba, que no los dejaba pensar disminuyó drásticamente.

***

Para contrarrestar este delito que ha adquirido mucha popularidad entre los delincuentes, el Gobierno del Distrito Federal ha implementado diversos programas para que se eviten más casos de esta índole; entre estos programas se incluye un mayor control dentro de los reclusorios, además de abrir una línea para atender todas estas acciones, también se dan  algunas recomendaciones a la población.

En un principio se pide mantener la calma porque, dependiendo la reacción de la víctima, será la forma en cómo se lleve a cabo la extorsión, posteriormente se recomienda no dar datos personales, ni de los familiares, en caso de que se le comunique con el supuesto familiar secuestrado se debe hacer preguntas precisas para así cerciorarse que efectivamente sea el familiar o no.

Otro consejo es que al terminar la llamada se trate de localizar al familiar que supuestamente se encuentra privado de su libertad y si el caso es distinto lo que se debe hacer es llamar a los números de emergencia, El GDF habilitó una línea especializada en recibir estas llamadas la cual se conoce como la Línea Ciudadana (5533-5533), los cuales tendrán la obligación de atender esta denuncia y brindar el apoyo necesario.

Según  un artículo de la página de internet ADN político el tamaño de este delito es enorme, más si se considera la información que el INEGI brinda a través de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Pública (Envipe) y que revela que de cada 100 extorsiones que se cometen sólo se denuncian dos. El INEGI considera que en 2012 casi seis millones de personas y en 2011, 284,287 empresas fueron víctimas de este delito.

El Distrito Federal en lo que va del año 2014 se coloca en el segundo puesto a nivel nacional en este delito con 186  casos, sólo por detrás del Estado de México con 796, cabe mencionar que estas cifras no son exactas, ni son todas las extorsiones que se hacen, este delito no se denuncia en su totalidad por el miedo de las víctimas ya que no son amenazados ellos únicamente, sino que amenazan a otros miembros de su familia.

En un artículo publicado en el semanario Proceso se menciona que “el ONC observa que por lo general los extorsionadores se hacen pasar por integrantes de Los Zetas o de la desaparecida Familia Michoacana, y exigen el depósito de dinero en cuentas de débito en cadenas comerciales o mediante recargas a teléfonos celulares con tarjetas de prepago. “Un porcentaje importante de las extorsiones telefónicas se realizan desde centros de readaptación social”.

***

“Después de la llamada mejor opté por cambiar todos mis números, para evitar que me siguieran buscando para pagar el derecho de piso, cosa que no tengo que pagar, porque este puesto es mío y mucho trabajo me ha costado mantenerlo y trabajarlo como para darle dinero a unos tipos que sólo por pertenecer a un cártel ya se sientan con todo el poder, que no mamen, que se pongan a trabajar”, sentenció Alicia N.

“Fueron cerca de seis o siete llamadas la que realizaron estos sujetos, con el mismo modo de operación, llaman, preguntan por mí, yo les contesto y lo mismo que quieren trabajar conmigo y que si quiero seguir viva que pague, entonces  ese fue otro motivo por el cual decidí cambiar mis números, después de la cuarta llamada ya no contestaba yo, pero  me sentía vigilada, sentía que si iba a la tienda me seguían, ni en el baño me sentía segura.”

“Esa no ha sido la única ocasión en la que me han intentado extorsionar en otra ocasión me llamaron y me dijeron que tenían a mi hija, y de verdad que la sangre se me bajó hasta los pies y me entró una desesperación pero me dije “tienes que tranquilizarte” y no sé cómo lo hice pero logré tranquilizarme y puse atención a la voz que según era de mi hija e inmediatamente después me di cuenta de que no era mi hija, entonces les colgué.”

“Realmente una extorsión es algo horrible, sientes que todos te miran, ahora sí es como el ese juego de mesa en el que tienes que encontrar al asesino, pues aquí era lo mismo, sentía que cualquiera podría ser el que estuviera haciendo eso solamente para chingarme”, mencionó Alicia N. mientras atendía a un cliente.

“Sin duda alguna tu vida cambia, dejas de hacer ciertas actividades que antes podías realizar sin problema alguno, por el miedo a que te pueda pasar algo, pierdes totalmente la seguridad que tenías, cambias tus horarios hasta para ir al baño, pero llega un momento en el que vuelves a retomar la confianza en ti mismo y en la gente, yo no temía por mi seguridad, sino por la de mis hijas y nieta”, continuó.

“De verdad que las extorsiones son muy feas, porque siembran un miedo, un terror muy grande dentro de la familia que rompe con la zona de confort y esto provoca que huyan del lugar en donde están y vaya que es entendible esta situación pero no importa cuánto entrenamiento tengas nadie está preparado para una situación así de drástica.

La tranquilidad regresó cuando yo entendí que soy como un soldado que se va a la guerra, si regreso va a ser porque luché, Dios tiene mi vida en sus manos y él es quien decidirá en que momento dejare de estar aquí y esto es algo que me da fuerza y tranquilidad para seguir adelante, aunque esta situación me da miedo, pero no voy a correr por el miedo, no sé si este vaya a ser mi último día pero  prefiero enfrentarlo a huir.

Día con día me levanto y le pido a Dios por mis hijas y mi nieta para que nos proteja, porque hay una situación muy difícil de inseguridad y no sólo aquí en Tepito, sino que esto ya es aun nivel nacional”, dijo la comerciante con una voz a punto de quebrarse.

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Sin duda alguna el constante cobro del derecho de piso a los comerciantes puede ocasionar que los negocios cierren y los dueños salgan de la ciudad e inclusive se vayan exiliados a otros países ya que es tanta la presión en la que viven que prácticamente no pueden respirar.

Este delito no sólo causa afectaciones en el cierre de negocios, sino que también conlleva un trauma psicológico como lo menciona Marco Lara Klahr en su libro titulado Extorsión y otros círculos del infierno “… tanta es su fuerza devastadora de una extorsión que puede causar una especie de trastorno de estrés postraumático aún en aquel que no es su destinatario, la persona asediada, la inminente víctima de una extorsión en curso (…) pero como en todos los traumas, el único modo que tienes de entender qué significa de verdad es vivirlo…”

La extorsión genera consecuencias psicosociales graves, debido al sometimiento, una víctima siente vergüenza y culpa tras haber sido engañada, lo que daña su dignidad y le aleja de denunciar,  según lo publicado en  Proceso en febrero del presente año, una extorsión no sólo es pedir dinero por parte del crimen organizado o de personas que se hacen pasar por integrantes del mismo, sino que es un problema mucho más grave porque trae consigo muchos daños colaterales.

En ese mismo artículo Mathieu Tourliere dice que “mediante el uso de violencia verbal y psicológica, los criminales llevan a la víctima a entrar en un estado de crisis. En el caso de las extorsiones por cobro de derecho de piso, ella se ve incapaz de recurrir a alguna instancia o a una estrategia de defensa, porque un Estado abierto a la corrupción, así como la falta de voluntad política de garantizar la procuración e impartición de la justicia conllevarán a la falta de denuncia por parte de las víctimas, ya sea por miedo a represalias o porque saben que no habrá resultado alguno y, finalmente, dicha situación se traducirá en constantes beneficios extraordinarios para el extorsionador a causa de la impunidad”.

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La noche continuó su curso, cada uno se dirigió a su habitación con un sentimiento de preocupación por la seguridad de la cabeza de la familia, el sueño que los haría olvidar gran parte de esta vivencia no llegó tan rápido como creían. En ocasiones la almohada puede ser muy buena consejera, pero en otras sólo aumenta el temor y hace crecer la incertidumbre sobre el mañana.

Una pistola negra calibre 22 y 50 cartuchos son los nuevos acompañantes de Darío las cuales van dentro de una mochila para que tenga algo con qué defenderse por si su vida se llega a encontrar en peligro; “estas balas son las que te matan lentamente o te dejan pendejo”, una sonrisa brota en el rostro al recordar el caso de Salvador Cabañas.

“La ambición de los cárteles de las drogas por tener más dinero es la culpable, ellos tienen las armas y ellos hacen las reglas del juego, eso nos obliga a nosotros los comerciantes a armarnos, porque si uno no les pone un alto ¿quién lo va a hacer? ¿las autoridades? ¡No lo creo!” dice Darío a su esposa mientras se prepara para irse a trabajar al puesto.

– Ya me voy flaca, si no regreso estoy con Dios – antes de abrir la puerta.

– Cuídate mucho – le responde ella justo antes de salir de su casa.

*Los nombres de los personajes han sido cambiados por motivos de seguridad, al igual que el nombre de la calle del mercado de Tepito.

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